27/04/2018

 La Asociación Mujeres Cabeza de Familia y las Petite Bonnes

 La Asociación Mujeres Cabeza de Familia (AFCF) nació en 1995 con la misión de ayudar a  mujeres mauritanas a tener una vida digna, facilitandoles un trabajo que les permita salir de la pobreza. Apuestan por la autoformación de las mujeres a través de talleres, conferencias, lecturas y otras estrategias que estimulan la creatividad, la participación y el liderazgo de estas, sin hacer distinciones políticas, sociales, raciales o religiosas.

Una de las preocupaciones de su fundadora y presidenta, Aminetou Mint El Mokhtar, son las niñas mauritanas, ya que son muy vulnerables es su país. Muchas no pueden acceder a estudios por no tener actas de nacimiento y terminan trabajando desde muy jóvenes en oficios nada seguros ni adecuados para su corta edad, y otras se ven envueltas en matrimonios forzados con hombres mucho mayores que ellas. Estas situaciones no son deseadas ni por las niñas ni por sus madres, que en muchas ocasiones pierden todo contacto con sus hijas, pero en la mayoría de casos es la única opción viable que encuentran. Por ello, siempre es gratificante para esta asociación el lograr rescatar a estas menores de situaciones de peligro y abusos y poder reunirlas de nuevo con sus familias.

En el año 2009, Tierra de hombres comenzó a trabajar junto a la AFCF en el proyecto “Protección y reinserción de las niñas domésticas víctimas de violencia y maltrato en Mauritania”. Las niñas domésticas o petite bonnes son menores que, en busca de una paga que les permita sobrevivir, comienzan a trabajar cuidando hogares. Limpian la casa, friegan los platos, cuidan de otros niños… Todo esto desde edades tan cortas como los 5 años, y al servicio de personas que no dudan en tratarlas como a verdaderas esclavas, haciéndolas dormir en el suelo, pasando semanas sin pagarles e incluso agrediéndolas y abusando de ellas.

Junto a Tierra de hombres, la AFCF, lucha por sacar a dichas menores de estas situaciones, facilitarles la educación que merecen por derecho y ayudarlas a reinsertarse en la sociedad sin que tengan la necesidad de volver a caer en estos trabajos que rozan el esclavismo. Por ello, cuando Montse Hernán, delegada de Tierra de hombres Andalucía se desplazó hasta Mauritania el pasado mes de marzo, miembros de la AFCF le narraban llenas de orgullo las historias de las niñas que habían podido volver con sus familias.

La propia Aminetou afirma que defender derechos es ya “una parte de ella”, y es algo que, viniendo de la presidenta de la asociación, dice mucho de la misma. Conocer las labores de asociaciones como la AFCF es importante no solo para ser conscientes de los problemas que existen en países como Mauritania, sino también para darnos cuenta de lo mucho que se esfuerzan desde los mismos para solucionarlos.