En Afganistán desde hace 25 años, Erhard Bauer espera para ver si los actos de los talibanes están de acuerdo con sus anuncios tranquilizadores y retomar entonces sus actividades con Tierra de hombres.
Erhard Bauer trabaja en ayuda humanitaria en Afganistán desde 1996. Hace cuatro años, este alemán llegó a ser jefe de delegación de la ONG Suiza Tierra de hombres en el país. La ONG cuenta con cerca de 180 colaboradores locales, de los cuales unas 50 son comadronas.
El no desea que su foto sea publicada por razones de seguridad y responde en varias ocasiones por diferentes vías electrónicas. De momento ha elegido quedarse en Kabul y describe la situación de allí de los últimos días.
Habría podido abandonar Kabul. ¿Por qué ha elegido quedarse?
Me preparaba para marchar si atacaban la ciudad, o si nos encontrábamos en una situación tan mala que no podríamos trabajar y yo llegara a ser una carga para mis colegas afganos. Como eso no ha ocurrido, he decidido quedarme y continuar haciendo lo que pueda.
En el pasado ya ha sido herido de bala. ¿Se siente seguro actualmente?
¡SI! , de esto hace más de once años, fui escogido como blanco por un grupo terrorista islámico en Indonesia. Esta situación no es comparable con nuestras condiciones de vida y de trabajo en Afganistán actualmente. Aquí, me siento como en casa, conozco a las gentes y al país y hablo las lenguas locales. Con las medidas de precaución que hemos tomado sobre el terreno, me siento seguro.
Cómo encuentra la ciudad cuando sale de casa?
Hay menos circulación y la gente es más prudente que lo habitual. Los uniformes de los policías y de los soldados han desaparecido y hay pequeños grupos de talibanes en los lugares importantes de la ciudad. En las calles pequeñas, como en la que vivo yo, la vida parece casi como siempre. Las tiendas de alimentación están abiertas. Las mujeres y los niños y niñas salen por el barrio. Los chicos juegan al fútbol como siempre.
¿Cómo se ve a la gente de Kabul?
Ellos están conmocionados y agobiados por la rapidez con la que se producen los cambios. Primero se han sentido aliviados porque temían encontrarse atrapados bajo el fuego de los combatientes. Ahora, sienten ansiedad por el futuro y sobretodo preocupados por sus necesidades diarias. No saben si conservarán sus empleos, si habrá siempre comida en los mercados, si aumentarán los precios, si reabrirán los bancos….
Todas las transacciones son efectuadas en especies y llegan a ser cada vez más raras. Tienen miedo a perder su economía y temen una vuelta de los combates o eventuales represalias, aunque quieran creer en los discursos tranquilizadores. Las mujeres se preocupan sobretodo por su seguridad. No saben si podrán seguir trabajando, ni si sus hijas podrán ir a la escuela. No hay que olvidar que hay miles de refugiados en la ciudad, que han perdido todo y necesitan ayuda urgente. Esperamos poder continuar asistiéndoles.
Los medios internacionales muestran una situación cada vez más tensa…
Estas imágenes no se parecen a mi día a día. Más allá del aeropuerto, la vida llega a ser casi normal. Claro que la gente está tensa, por que están a la espera de ver si las acciones y las decisiones del gobierno estarán conformes con sus anuncios.
¿Habéis tenido ya contacto con los talibanes?
Si, hemos recibido su visita en nuestra oficina. Ellos querían informarnos que eran los nuevos maestres de la ciudad y que debíamos dirigirnos a ellos si necesitábamos cualquier cosa. También he hablado con un grupo de talibanes en la calle, porque querían saber que hacía este extranjero que paseaba por la ciudad.
Numerosas mujeres trabajan para Tierra de hombres en el país. ¿Cuál es su situación actual?
Decidimos congelar nuestras actividades el día que los talibanes entraron Kabul. Pensamos que haría falta tiempo antes de que las condiciones sean lo suficientemente seguras para que nuestros colegas puedan retomar su trabajo junto a los niños y niñas y a sus familias. Ya habíamos tomado medidas similares en otras regiones donde hemos trabajado, por ejemplo en Jalalabad, al este de Afganistán. El trabajo ceso al comenzar los combates y al llegar a ser peligrosa la situación. Debemos asegurar la seguridad de nuestro personal y de las personas con quienes colaboramos
¿Y qué será lo siguiente?
Ahora, evaluamos la evolución de la situación todos los días. Cuando llegue a ser segura, tendremos que negociar las condiciones con las cuales podremos retomar nuestras actividades. Como todo el mundo, hemos escuchado los anuncios de los talibanes que dicen que las mujeres podrán continuar trabajando. Pero esto es demasiado vago para proseguir con los proyectos que llevamos a cabo sobre el terreno. De momento, todos nuestros colaboradores, hombres o mujeres, se quedan en casa. Debemos ser pacientes y aguantar. Esta clase de trabajo se parece cada vez más a una maratón que a un sprint.
¿Alguno de ellos intentarán obtener un visado humanitario para Suiza?
Algunos de nosotros han sufrido la experiencia del antiguo régimen talibán que cayó en 2001. Otros han conocido dos décadas de guerra. El primer pensamiento, es buscar seguridad. ¿Pero donde? Las personas se preocupan también por sus familias. Por lo que si, algunos han preguntado si tendrían la posibilidad de obtener un visado para abandonar Afganistán
¿Está en contacto con las nuevas autoridades por motivo de vuestras actividades?
Todavía no. De momento, no sabemos quienes serán nuestros interlocutores. Si los talibanes toman el control de las administraciones que ya existían, deberemos identificar a los responsables en cada región donde trabajamos. Esperamos poder hacerlo pronto porque nuestro trabajo es verdaderamente necesario en este momento. Estamos en contacto con otras organizaciones que están pasando por las mismas cuestiones. Si los talibanes no vienen a nosotros, seremos nosotros los que nos aproximemos a ellos. Pero para eso, necesitamos saber a quién dirigirnos y cuál será la política de los nuevos dirigentes. Una discusión en la calle no es suficiente….
Usted ya está sobre el terreno desde hace más de veinte años y ha conocido el antiguo régimen de los talibanes. ¿Han cambiado?
Si. El movimiento talibán no es ya el mismo que hace veinte o veinticinco años, es una certidumbre. Todavía hay talibanes de la antigua generación, que ocupan a veces responsabilidades importantes. Pero numerosos jóvenes han alcanzado sus rangos. Antes, habíamos podido negociar un acceso para las personas que necesitábamos incluyendo también a las mujeres. Y también habíamos podido tener este acceso durante estos últimos meses en algunas regiones donde ya habían tomado el control. Pero no sé hasta que punto los talibanes están unidos y son homogéneos. Hasta ahora, hemos visto diferentes grupos, con diferentes opiniones y diferentes objetivos. Debemos ver que quieren hacer, ahora que intentan dirigir el país. Sólo el tiempo y la práctica nos enseñarán sobre los nuevos talibanes.
¿Qué espera durante los próximos meses?
La situación todavía es demasiado fluctuante para esperar lo que sea. De momento deseo que la situación se calme y que podamos llegar lentamente a una forma de normalidad. Preparamos diferentes escenarios y nuestro objetivo es retomar nuestro trabajo dentro de lo posible
Crédits photos: ©Tdh/Jezerca Tigani
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