8 de marzo de 2016 

“Camino Seguro” para los niños y niñas migrantes en Latinoamérica

fotnot proyectoCaminoSeguro<<Alpurina Ñan>> significa Camino Seguro en lengua kichwa y es el nombre del proyecto piloto regional que Terre des hommes desarrolla en Latinoamérica y para el que Tierra de hombres-España busca apoyo financiero para intervenir en migraciones de riesgo y casos de explotación, trata y maltrato. Gracias a este nuevo proyecto, ya se ha apoyado a 1724 miembros de la comunidad indígena del Cantón de Cotacachi en Ecuador.

A sus 12 años, Juanita vivía en su comunidad indígena de Ecuador. La situación de pobreza que afrontaba su familia no les permitía tener una vida digna. Sus padres tenían una discapacidad, por lo que tanto ella como su hermano tenían que cumplir con las tareas del hogar y trabajar para dar de comer a su familia. Un día, una vecina visitó a los padres de Juanita para informarles de que había un trabajo para sus hijos en Colombia. Juanita tendría que bordar y su hermano sería vendedor y con el salario que les prometían, podrían cubrir las necesidades de su casa. Los padres se negaron a que la niña saliera del país, mientras que sí dejaron ir a su hermano, que tenía 16 años. 

Una tarde, sin que sus padres se dieran cuenta, Juanita fue a buscar a la vecina que le estaba prometiendo una vida mejor y se escapó. Una vez en Colombia, Juanita pasaba los días encerrada en un pequeño cuarto trabajando, y durante un año no salió de allí. Su función principal era coser pero tambíén cocinaba y limpiaba. Si no cumplía con sus ‘’obligaciones’’ era víctima de malos tratos. Su horario de trabajo comenzaba a las 5:00 y finalizaba a las 23:00, dormía en el suelo y apenas comía. En un año de trabajo, tan solo ganó 50 dólares. 

La historia de Juanita es muy similar a la que viven miles de niños, niñas y adolescentes (NNA) en Latinoamérica, que dejan sus hogares con la ilusión de progresar y tener un futuro mejor. Desafortunadamente, la mayoría de veces no son conscientes de los peligros a los que se pueden enfrentar.

 Entre el 15 y el 18 de febrero el equipo de trabajo del proyecto Camino Seguro en Ecuador visitó a los miembros de Tierra de hombres en Bogotá y durante esos días, ambos equipos tuvieron la oportunidad de divulgar este proyecto entre las instituciones estatales y organizaciones internacionales que trabajan por la niñez y adolescencia y propician la visibilidad de esta problemática mundial.

¿Qué es Camino Seguro?

Camino seguro es un proyecto regional que Tierra de hombres desarrolla en Colombia, Ecuador y Perú. El objetivo principal es mejorar las condiciones de vida de los niños, niñas, adolescentes y sus familias que se encuentren en situaciones de explotación, trata y maltrato (ETM) o en situación de movilidad en riesgo. En Ecuador, el proyecto se lleva a cabo en cuatro comunidades del Cantón Cotacachi, provincia de Imbabura, sierra norte del país; mientras que en Bogotá se está finalizando un estudio sobre la migración de niños y niñas y sus familias indígenas de Imbabura hacia Bogotá y ciudades aledañas.

La migración desde la provincia ecuatoriana de Imbabura hacia Colombia comenzó hace varias décadas, cuando artesanos indígenas cruzaron la frontera a finales de 1930 para comercializar la producción textil que desarrollaban en su país. De hecho, para ellos Colombia era un mercado donde podían tener muchas más oportunidades.

En la actualidad, las causas principales que impulsan a estas personas a migrar a otras regiones y países son ‘’la pobreza y la falta de oportunidades al interior de la comunidad’’, ha afirmado Verónica Polit, Jefe del Proyecto en Ecuador.

La situación de los niños y niñas en Ecuador

La migración es una práctica cultural para muchas comunidades y esto hace que muchos NNA tomen la iniciativa de dejar sus casas y buscar un futuro mejor como han visto hacer a otros familiares y vecinos. En ese sentido, la mayoría de los indígenas de Imbabura que llegan a Colombia lo hacen a una edad temprana a través de un familiar o de un miembro de la comunidad y en ocasiones, los riesgos a los que se ven expuestos son considerados situaciones normales por la comunidad y el entorno que rodea los procesos migratorios.

 A través de un trabajo de prevención y sensibilización, se están concientizando  a las comunidades indígenas sobre las causas y las consecuencias de la trata de personas y de la movilización con riesgo, para que puedan tener conocimiento, no solamente de las oportunidades, sino también de los peligros a los que se puede enfrentar.

Martha Arotingo, líder indígena y coordinadora de las actividades en las comunidades que componen el Cantón de Cotacachi, relató cómo trabajan con las personas de la comunidad: “Nos dimos cuenta de que la gente no conoce el término <<trata de personas>> pero sí saben cómo funciona, desde sus propios términos.”

“Antes de iniciar nuestro trabajo de sensibilización, la trata y el desplazamiento eran visto con normalidad. Nos dimos cuenta de que la gran mayoría de familias veían estas conductas como algo que debe pasarles a los niños, niñas y adolescentes mientras viajan. Por ejemplo, si los niños o niñas viajaban solos y luego no los encontraban, los reportaban como desaparecidos y no como víctimas de trata.”

Una de las evidencias que se ha manifestado durante las conversaciones con los pobladores de las comunidades, es que los traficantes, generalmente, son parte de la familia o miembros de la comunidad. Por esta razón, impera una “Ley del Silencio” que no permite la identificación de niños y niñas que hayan sido víctimas de este problema.

El importante rol de la comunidad

El apoyo de las redes comunitarias, conformadas en el Cantón Cotacachi, se convierte en una pieza vital para el desarrollo del proyecto, pues gracias a la credibilidad y respaldo que tienen estos grupos, se genera una dinámica sostenible que se instala en la comunidad. El grupo de jóvenes “Ñapash Purina”, que en lengua Kichwa significa “caminando rápido”, es uno de los grupos comprometidos con el trabajo de Tdh. De hecho, ellos se encargan de interactuar con los niños y niñas de la comunidad e involucrarlos en las actividades comunitarias de sensibilización y prevención a través de la música, el teatro, los títeres, etc. Los docentes también se han integrado de manera entusiasta en el proyecto incorporando el tema de ETM y migración en riesgo en sus clases con los adolescentes.