18 de febrero de 2016 

Francisco Portela
Jefe de Cirugía cardiaca Infantil en el Hospital Materno Infantil de A Coruña

‘’En Mauritania no existe aún cobertura sanitaria suficiente para tratar las cardiopatías infantiles, así que los médicos elaboran un informe detallado y solicitan el tratamiento»

FatoumataDr optFrancisco Portela es uno de los profesionales médicos que colabora desde hace años con el programa «Viaje hacia la Vida» de Tierra de hombres. Como Jefe de Cirugía cardiaca Infantil del Hospital Materno Infantil de A Coruña, ha intervenido y devuelto la salud a más de 60 menores, niños y niñas como Halima, Menem, Atachi, Hadama o Khalilou, que ya se encuentran en casa con sus familias biológicas. Portela viajó hasta Mauritania recientemente para conocer cómo se desarrolla el proyecto Atenciones Médicas Especializadas y nos cuenta cómo vivió la experiencia.

¿Qué situación se encontró en su misión a Mauritania?

Mauritania es claramente más pobre que el resto de países de la zona y, además, reúne casi toda su población en torno a la capital, Nouachkott. Parece que los recursos alimentarios básicos están cubiertos y a los habitantes no les falta agua. La vivienda es muy humilde y los medios de transporte escasos. Existe mendicidad, aunque el grado de solidaridad que se percibe sorprendería en el mundo occidental. Vivir en Mauritania es una cuestión del día a día y padecer una enfermedad grave es, por tanto, todo un reto para la población.

¿Qué aspectos descubrió dentro del contexto sanitario en Mauritania?

El tejido sanitario, además de ser escaso, no es gratuito. No existen grandes hospitales con una amplia oferta de especialidades avanzadas. Las personas que enferman tienen que llegar al médico con sus propios recursos y pagar las consultas y pruebas que sean necesarias. Esto supone un esfuerzo económico que no todas las familias pueden afrontar.

Por el contario, sí existe una red de cooperación internacional bien organizada que consiste en programas desarrollados por las propias embajadas hasta ONG y que permiten que un porcentaje de la población pueda ser atendida. Aunque este sistema funciona, no puede perpetuarse y crecer. Su funcionamiento depende, en muchas ocasionas, de la voluntad personal de la población de acudir a estas ayudas y de tener la suerte de encontrarlas.

¿Cómo se llevan a cabo las consultas médicas infantiles en Mauritania?

A través del programa que Tierra de hombres desarrolla en el país, los niños y niñas son avisados para realizar las pruebas necesarias en el Centro de referencia. Estas pruebas son financiadas por la Fundación y, posteriormente, los expedientes son enviados a los países colaboradores para su estudio. Los médicos que valoran a estos pacientes son conscientes de lo que se necesita y por ejemplo, en el caso de cardiopatías infantiles, no existe todavía cobertura sanitaria suficiente como para tratarlos allí. De este modo, se elabora un informe detallado y se solicita tratamiento.

– ¿En qué situación vió a los niños y niñas a los que ha intervenido hace tiempo en A Coruña?

Realmente bien. Habían crecido y tenían muy buen aspecto, estaban felices y agradecidos. La Fundación está muy al tanto de cómo se encuentran y garantizan el cumplimiento de su plan.

¿En qué consistió la reunión que tuvieron con el director del Centro Nacional de Cardiología, el Pofesor Ebba?

Comentamos posibles planes de futuro. Solo existe un centro cardiológico en el país y está en la capital, Nouakchott. Tienen un joven equipo de cirujanos formados en Francia que han comenzado este año a operar pacientes adultos con sus propios medios. Hasta ahora venían equipos de otros países a colaborar en las operaciones. Sin embargo, todavía no operan la patología infantil. El proyecto consistiría en consolidar el trabajo que ya hacen e iniciar, en un periodo de 5 años, las cirugías en niños y niñas. El Profesor Ebba insistía en formar a médicos y enfermeras para poder iniciar esta etapa. De hecho, están buscando un sustituto para el Dr. Aghrabatt, pues es el único cardiólogo con formación en patología congénita.

¿Qué aspectos son, según su opinión, los más urgentes de mejorar en Mauritania respecto a la salud o atención sanitaria?

En general, todo el sistema sanitario tiene graves carencias. La primera es ampliar la cobertura social, pero eso es algo que depende de la política de estado. Como suele ocurrir en estos países, la tecnología existente es donada por otros países, pero no ocurre lo mismo con los recursos humanos. La patología compleja solo tiene dos posibilidades actualmente: o se remite a otro país a ser operada, que son pocos casos y es una vía muy costosa, o se espera a que en un tiempo determinado, vayan misiones extranjeras que puedan operar y beneficiar a un número mayor de pacientes en el propio centro. Aun así, sin duda, el reto sería conseguir que el propio centro sea autosuficiente y tenga capacidad de operar. Aquí el recurso fundamental es el humano, la formación y la continuidad.

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